Cuando pensamos en el color azul, a menudo lo asociamos como un color frio. Sin embargo, ¿sabías que hay mucho más en la paleta de azules de lo que parece a simple vista? Este cautivador color puede dividirse en dos categorías principales: azules cálidos y azules fríos. La diferencia radica en su composición cromática y cómo interactúan con nuestra percepción visual.

Azules Cálidos

Los azules cálidos son aquellos que contienen una sutil pigmentación amarilla en su composición. Esta presencia de amarillo modifica la tonalidad del azul, haciéndolo inclinarse hacia tonos verdosos, como el cian. Este matiz adicional de amarillo añade una sensación de calidez a la experiencia visual con este tipo de azules.

Azules Fríos

Por otro lado, los azules fríos carecen de pigmentación amarilla y se inclinan más hacia tonos morados. Esta ausencia de tonalidades cálidas les confiere una apariencia más fresca.